VILANOVA DEL VALLÉS
Nerea, Antonio, Rita y Otto
Nuestra casa es pequeña, humilde y un tanto destartalada, pero también es cálida, y viva, abierta a recibir a personas y propuestas. Sus reformas inacabables nos hacen contradecirnos constantemente, nos ayudan a ilusionarnos y nos frustran a menudo. Aún así, sabemos que es la casa en la que queremos vivir. Ahora somos albañiles de ilusiones, jardineras de ideas, aprendices de todo y maestras de nada, afortunadamente supervivientes aislados en un mundo raro y complejo. Llegar aquí unos meses antes del confinamiento supuso un verdadero lujo y ahora estamos convencidas de que este es nuestro hogar. Ritta y Otto usan desde nuestra llegada el algibe como escenario, Nerea sigue reivindicando cada vez más metros de bosque para las gallinas y Antonio continúa buscando una tercera solución para obtener un compost de calidad. Esta es nuestra família que se expande y se realiza en un terreno pendiente y boscoso con vistas a la ciudad de Granollers. Mientras todo esto sucede, los días pasan casi sin darnos cuenta y seguimos apreciando la vida desde el verde, y usando el silencio como bálsamo para calmar a nuestras propias voces internas. Intentamos dar uso a nuevos rincones y habilitar viejos espacios donde seguir existiendo. Al fin y cabo de eso se trata…
Encargos previos
Cambios de espacio. Durante el confinamiento la familia realiza varias obras en casa: pavimenta la zona de acceso, realiza piscina, desbroza algunos bancales. En la terraza entre la casa y el huerto había una mesa para comer que ahora ya no está. Empiezan a amueblar y arreglar el piso semienterrado.
IMÁGENES RECURRENTES
Resumen hoja de observación
La familia de Nerea (38), Antonio (40), Rita (9) y Otto (5) se trasladó de Barcelona en otoño de 2019 para vivir en una casa aislada con jardín en una urbanización de un pueblo del Vallès.
La casa se desarrolla en dos niveles, uno principal con terraza, de unos 70 m², situado en una cota más baja respecto a la calle de acceso, y uno semienterrado con porche, de unos 50 m². El terreno es muy abrupto y cuenta con un trozo de bosque natural y vistas amplias a la llanura del Vallès, hasta Montserrat. Varios bancales alrededor de la casa permiten tener rincones para realizar actividades muy diferenciadas al aire libre: una zona con piscina, un huerto, una zona para barbacoa, una zona con cama elástica, un gallinero, una casita para los niños. Estas características hacen que la familia pase buena parte del tiempo en el exterior y que cada uno encuentre cómodamente su sitio.
Cuando la familia vino a vivir aquí la casa estaba completamente reformada, pero los exteriores fueron arreglando ellos mismos aprovechando el confinamiento. El hecho de ocuparse de reparar y transformar su casa les ayudó durante esa etapa y a hacer más suya la casa.
La casa, de forma cuadrangular, tiene dos dormitorios, un pequeño estudio/almacén, un baño, un salón comedor, una cocina independiente con galería. En el semienterrado hay una sala de juegos, una habitación para invitados y un baño.
Todas las estancias tienen luz y ventilación natural. La casa es silenciosa y goza de confort térmico.
En la parte del cuestionario donde se pregunta por la percepción de bienestar escogiendo qué aspectos de la casa valoraron positiva o negativamente durante el confinamiento, los dos adultos coinciden en destacar como positivos: el silencio, la posibilidad de estar a la vez solos y en compañera, tener tanto espacios recogidos como diáfanos, los techos altos, tener pocos muebles y objetos, los materiales naturales, la presencia de árboles, plantas y flores y poder cuidarlos, escuchar el agua.
Los aspectos valorados como negativos: sentirse solo, materiales artificiales.
RESUMEN ENTREVISTA ACTIVA
Primera parte
Dinámica 1
Dibuja tu casa y escribe 3 palabras que completen la frase: “Mi casa es…”
Dinámica 3
RESUMEN ENTREVISTA ACTIVA
Segunda parte
Los niños eligen el sofá en la sala de estar «se estaba muy cómodo».
Nerea se coloca en el jardín en uno de los bancales naturales donde se dedicó a desbrozar y hacer limpieza «arreglábamos el terreno, me sirvió»; utilizaba la hamaca e iba al huerto que para ella era «liberador». Le gustaba estar en los escalones de la escalera del jardín, sola o con los niños.
Antonio descubre un rincón bajo el porche: coloca una silla y después una mesita. Descubre la energía y la vista, es un lugar de paz. Este sitio sigue en transformación desde entonces.
La familia evitaba la zona de acceso al exterior porque estaba por pavimentar.
Antonio evitaba el estudio donde estaba el ordenador; Rita evitaba la sala de juegos en el semienterrado.
Antonio sentado en el porche.
Nerea en el jardín haciendo cosas.
Rita sentada en la cabaña.
Nerea y Antonio se intercambian de sitio: ella va al porche y él al jardín.
Rita elige la cabaña del jardín y Otto su cama en la habitación.
La familia dedicaba tiempo a mirar el paisaje y sus cambios. Aprovecharon también para conocer a los vecinos.
El espacio para las videollamadas estaba abajo, al semienterrado. El estudio junto a la sala era el lugar del teletrabajo. Antonio le ha cogido manía y lo quiere abrir para colocar una escala hacia la planta inferior.
Utilizaban una terraza exterior para el almuerzo, ya no la utilizan. En el confinamiento descubrieron todos los rincones del jardín.
Los horarios y hábitos de cuidado personal se modificaron sin embargo, sólo durante el confinamiento.
La familia entera cree que sí.
El confinamiento les sirvió para reafirmar en que “ésta es la casa”.
Lo sintieron “con mucha fuerza”. «Nos sentimos super bien»; «sentíamos culpa respecto a otros» .
Antonio descubrió que es bajar el ritmo.
Para Nerea el confinamiento fue una oportunidad, “en ese momento no lo veíamos en el discurso, pero sí que lo oíamos”.
Todas las estancias tienen luz y ventilación natural. La casa es silenciosa y goza de confort térmico.