En Pau

La familia de Pau (38) es él mismo. Vive en el barrio de Sants, tocando al Hospitalet de Llobregat, en un piso a la segunda planta de un bloque de viviendas plurifamiliar entre medianeras. El edificio mira hacia el patio ajardinado de una escuela y se accede a él por una calle tranquila de un solo carril con aparcamiento y arbolado. La calle perpendicular a éste es más transitada y ruidosa. La finca es anterior al 1940 y los espacios comunes no han sido reformados en los últimos diez años, aun así cuenta con ascensor. No tiene espacios de uso comunitario excepto el vestíbulo de entrada. La azotea es de uso exclusivo de los pisos áticos.

La vivienda, de unos 70 m², está completamente reformada hace menos de diez años y tiene forma de rectángulo alargado, con el lado corto haciendo fachada. Al entrar se encuentra un largo pasillo en L que distribuye, a mano izquierda, la habitación principal (un dormitorio), el baño y una habitación secundaria. Estas se iluminan y ventilan a través de un patio interior. Al final del pasillo hay un cuarto de estar con una cocina americana. El espacio tiene salida al exterior con dos balcones estrechos y es el lugar más ruidoso de la casa.

Entre las características constructivas de la vivienda destacan las vigas de madera vistas, una serie de estanterías de obra y la pared del pasillo de ladrillo visto. El pavimento es de parqué.

Pau entró a vivir en este piso dos semanas antes del confinamiento. No conocía a nadie.

En la parte del cuestionario donde se pregunta por la percepción de bienestar escogiendo qué aspectos de la casa valoraron positivamente o negativamente durante el confinamiento en Pau destaca como positivos: el silencio, estar solo, los espacios diáfanos, los techos altos, tener pocos muebles y objetos, los colores tenues y las plantas, flores y árboles. Como aspectos negativos indica: el silencio, estar solo, los espacios recogidos, los techos bajos, los colores encendidos.